Hace ciento ocho años, los obreros y campesinos pobres de Rusia, dirigidos por los valientes y visionarios líderes de la clase obrera, dieron lugar a un nuevo amanecer para los oprimidos. Fue un llamado rotundo a la igualdad, al fin de la explotación y a la emancipación de los trabajadores. Asimismo, sentó las bases para la creación del primer Estado obrero del mundo.
Los principios y valores de la Revolución de Octubre —el internacionalismo, la solidaridad y el papel dirigente de la clase obrera— siguen vivos y vigentes hoy en día. En nuestros tiempos, cuando las crisis capitalistas se suceden unas a otras y la explotación de los trabajadores se intensifica, cuando la pobreza, el desempleo y las desigualdades sociales se profundizan, la Revolución de Octubre continúa iluminando el camino de la lucha para todos aquellos que producen la riqueza del mundo.
Hoy, los monopolios y las multinacionales acumulan enormes beneficios, mientras los trabajadores enfrentan ataques contra los salarios, los derechos colectivos y las libertades. Al mismo tiempo, las guerras e intervenciones imperialistas esparcen destrucción y miseria, confirmando una vez más la necesidad de la lucha contra el imperialismo y la explotación.
La FSM, fiel a los ideales de la Revolución de Octubre, continúa su lucha militante y clasista por la emancipación de la clase obrera y de todos los pueblos oprimidos. Luchamos por un mundo libre de explotación, por la paz y el progreso social. Nos mantenemos firmes junto a todos los trabajadores que resisten las políticas antiobreras, la represión y la agresión imperialista.
Aun 108 años después, la Gran Revolución Socialista de Octubre sigue inspirando a millones de trabajadores militantes en todo el mundo. Su mensaje está vivo en cada centro de trabajo, en cada huelga, en cada acto de resistencia y solidaridad.
¡Viva la Gran Revolución Socialista de Octubre!
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